Existen libros comunalmente grandes que contienen un sin número de palabras, algunas caducas u olvidadas que encuentran en el corazón de algún solitario la vida que antes tuvieron. Diccionarios, enciclopedias o diarios viejos que encontremos pueden ayudarnos a hacer construcciones de nosotros mismos. ¿Cómo nos vemos? ¿Cómo queremos vernos? ¿Cómo nos entendemos? ¿Quién soy?
Para recordar palabras viejas, para darnos una nueva forma que no sea a través de dietas o ejercicios pesados juguemos con palabras.
Yo anónimo para este juego escojo como nombre Valentina y mis palabras son las siguientes:
Valiente
Visionaria
Vegetariana
Vieja (aunque sólo de espíritu)
Vibrante
Viscosa
Victoriosa
Versada
Vertiginosa
Viva
Juguemos, inventa un nombre, toma un diccionario y con él encuentra las palabras para decir quienes o quien te imaginas ser por este instante y este juego en el que lenguaje abre sus barreras y te deja ser quien quieras ser.
Y por hoy, ¿quién eres tu? ¡Haz tu aporte en la zona de comentarios de esta publicación!
Me llamo Antonia y mis palabras son: antología, anoche, amor, angustia, áspero, antiguo, amistad, ansiedad, ánimo, ánima, aspirina, aeropuertos, antes, ahora.