Hablar de literatura clásica y de la importancia de tomar un poco de ella puede sonar a cliché. Seguramente existen defensores y detractores del tema por todos lados. Es que la sola idea de considerar títulos ya conocidos nos traslada fácilmente al listado de obras que sí o sí que debes leer. De las que presentan en las escuelas. Sin embargo, es allí, en los clásicos, donde podemos encontrar verdaderas sorpresas.
Ítalo Calvino, fue un escritor cubano de ascendencia italiana que a lo largo de las décadas de los sesentas y setentas le regaló al mundo sus obras. Además de cuentos, novelas y ensayos, nos dejó un importante catálogo con 14 razones por las cuales, a su modo de ver, deberíamos leer obras clásicas. Para él “los clásicos ejercen en el ser humano una influencia particular, pues son los encargados de transmitir de una generación a otra el imaginario colectivo que sustenta los cimientos de nuestra sociedad”.
I. Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: «Estoy releyendo…» y nunca «Estoy leyendo».
II. Se llama clásicos a los libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez en las mejores condiciones para saborearlos
III. Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual.
IV. Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la primera.
V. Toda lectura de un clásico es en realidad una relectura.
VI. Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.
VII. Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres).
VIII. Un clásico es una obra que suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima.
IX. Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad.
X. Llámase clásico a un libro que se configura como equivalente del universo, a semejanza de los antiguos talismanes.
XI. Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él.
XII. Un clásico es un libro que está antes que otros clásicos; pero quien haya leído primero los otros y después lee aquél, reconoce en seguida su lugar en la genealogía.
XIII. Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo.
XIV. Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone.
Por Yeimy González. Promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto