Cuentos infantiles y juveniles en la primera infancia: un puente hacia el pensamiento y las habilidades lectoras

Cuentos infantiles y juveniles en la primera infancia: un puente hacia el pensamiento y las habilidades lectoras

Texto por: Lia Patricia Ruiz Núñez
Editado por: Jairo Echeverri García

 

Literatura en la primera infancia: más que entretenimiento

Aunque podemos pensar en la presencia de la literatura infantil en la primera infancia como un medio de entretenimiento o gozo, lo cierto es que va mucho más allá: no solo proporciona placer, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo del pensamiento. Estimula la imaginación, la creatividad, la capacidad de análisis y la reflexión crítica.

Los cuentos infantiles y juveniles se convierten en el eje central para fomentar la comprensión, la interpretación y el lenguaje en los niños pequeños. Como bien indica María Teresa Serafini (2004), «la literatura infantil no solo entretiene, sino que también es una herramienta poderosa para estimular el pensamiento crítico y la creatividad en los niños».

Literatura y pensamiento crítico desde los primeros años

Durante esta etapa, los niños comienzan a comprender conceptos abstractos y a desarrollar habilidades cognitivas a través de la interacción con los adultos y los textos. La lectura de cuentos de hadas o de autores clásicos como Charles Perrault, Lewis Carroll o Roald Dahl, por ejemplo, ayuda a los pequeños a entender narrativas, secuencias y relaciones causa-efecto, fortaleciendo su pensamiento lógico.

Como señala Ana María Machado (2007), «la literatura infantil es un medio para que los niños construyan su mundo interior y desarrollen habilidades de interpretación y reflexión». Este enfoque forma parte esencial de lo que entendemos hoy como literatura dirigida a la formación del niño.

Vocabulario, comprensión y amor por la lectura

La exposición temprana a los cuentos infantiles y juveniles favorece la adquisición de vocabulario y comprensión lectora, fundamentales para el éxito académico futuro. Según Lilian Katz (1995), «la lectura en la primera infancia sienta las bases para un aprendizaje autónomo y para el amor por la lectura a lo largo de la vida».

Iniciar a los niños con obras de libros infantiles de autores como Ezra Jack Keats o Maurice Sendak también permite un aprendizaje más emocional, integrador y creativo. La variedad de recursos —desde libros ilustrados hasta cuentos en letra grande, audiocuentos y colecciones de cuentos— potencia el acceso y la diversidad.

Leer en voz alta: una herramienta poderosa

La lectura en voz alta en la primera infancia es una vía poderosa para conectar al niño con la palabra escrita. Leerles con entusiasmo, usando distintos tonos de voz y gestos, convierte la experiencia en un juego, en un acto mágico que capta la atención y despierta la imaginación.

Este tipo de interacción fomenta:

  • La comprensión de nuevas palabras dentro de un contexto narrativo.

     

  • El desarrollo de habilidades auditivas y de atención.

     

  • La creación de vínculos emocionales con el adulto lector.

     

  • La asociación entre palabras, emociones y experiencias reales o imaginarias.

Leer en voz alta cuentos como Peter Pan, La historia interminable o relatos de los Hermanos Grimm crea momentos inolvidables, donde el niño participa activamente, hace preguntas y se proyecta dentro del relato.

El poder de la participación activa

La lectura compartida de cuentos infantiles y juveniles incentiva la participación y el pensamiento crítico. Hacer pausas para preguntar, escuchar las opiniones del niño o dejar que elija su divertido libro favorito, fomenta la autonomía lectora y la confianza en sí mismo.

También es importante elegir libros apropiados para su edad, con ilustraciones llamativas, situaciones cotidianas o fantásticas que les resulten cercanas o intrigantes. Estas bellas historias los invitan a soñar, a preguntarse cosas, a construir su propio criterio desde temprano.

Crear un ambiente literario en casa

Para acercar la literatura infantil y juvenil de manera efectiva, el hogar debe ser un espacio propicio. Algunas ideas clave:

  • Dedicar un rincón de lectura accesible, con libros a su alcance.

     

  • Incorporar la lectura en la rutina diaria (como leer antes de dormir).

     

  • Usar diferentes formatos: libros tradicionales, plataforma de video, plataforma de redes, títeres, canciones, cuentos interactivos.

     

  • Estimular la exploración táctil y visual del libro (oler, tocar, mirar, repetir frases).


La clave está en hacer de la lectura un ritual cotidiano lleno de afecto y diversión.

«La literatura enriquece la realidad, no se limita a describirla. Enriquece las competencias necesarias que la vida cotidiana requiere y proporciona; y, en este sentido, riega los desiertos en los que ya se han convertido nuestras vidas». —C.S. Lewis

Literatura como ventana a la diversidad

La literatura escrita para niños ofrece una visión del mundo rica y variada. A través de los cuentos, los más pequeños descubren distintas culturas, valores y formas de vivir. Obras como las de Carlo Collodi o Robert Louis Stevenson permiten viajar con la imaginación y entender que hay múltiples formas de pensar y sentir.

Los cuentos populares y las mejores novelas para niños y jóvenes abren esa ventana de diversidad, esencial para formar personas empáticas y críticas.

Expresión, comunicación y habilidades sociales

La lectura y la escritura de textos literarios permite a los niños expresar ideas, emociones y experiencias con claridad. Mejora la comunicación oral y escrita y fortalece su capacidad de argumentar, debatir y reflexionar.

Además, al compartir cuentos con otros, se desarrollan habilidades sociales como la escucha activa, la empatía, la cooperación y el respeto por las ideas ajenas.

Conclusión: una inversión en el futuro lector

En resumen, los cuentos infantiles y juveniles no solo impulsan el desarrollo cognitivo y lingüístico, sino que también promueven valores, empatía y pensamiento crítico desde edades tempranas. Constituyen una herramienta poderosa para guiar a los niños hacia un aprendizaje significativo y duradero.

Desde los cuentos clásicos hasta las nuevas voces de la literatura infantil contemporánea, cada historia leída es una semilla plantada en el corazón y la mente del niño. Una semilla que florecerá en amor por la lectura, creatividad, pensamiento autónomo y curiosidad por el mundo.

📚 Referencias bibliográficas

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