22 Sep Estrategias de formación de lectores: El club de lectura como instrumento de mediación

Texto por: Anabell Posada
Editado por: Jairo Echeverri
La preocupación por la formación de lectores y lectoras en la escuela impulsa la búsqueda constante de estrategias que acerquen a la comunidad educativa al libro y a la literatura. Espacios como el recreo lector, las ferias o festivales de lectura, las tertulias literarias, entre muchos otros, son iniciativas que intentan abrir puertas hacia la experiencia lectora. Cada una de estas prácticas tiene un propósito común: propiciar un encuentro vivo, significativo y transformador con los textos, fortaleciendo los hábitos de lectura desde los centros educativos.
La lectura como proceso permanente en la formación de lectores
Un curso de formación para lectores no es un hecho aislado ni inmediato, sino un proceso continuo que requiere acompañamiento, orientación, seguimiento y evaluación permanente. No se trata solo de enseñar a decodificar palabras, sino de abrir un horizonte de significados, de fomentar el hábito y de cultivar el deseo de leer. En este sentido, los docentes deben convertirse en mediadores de lectura activos que inspiren, acompañen y generen condiciones para que la lectura literaria suceda como parte fundamental del aprendizaje de contenidos.
Estrategias de mediación: lectura en voz alta y diversidad textual
Entre las estrategias de mediación más poderosas se encuentra la lectura en voz alta. La fuerza de la voz, la entonación, la emocion y la entrega de quien lee son un puente eficaz para conectar a los estudiantes con los textos. Escuchar a otro leer nos modela, nos guía y nos invita a descubrir la musicalidad del lenguaje. Esta práctica, además de motivar, genera cercanía y confianza con el libro.
Junto a la lectura en voz alta, resulta imprescindible ofrecer diversidad textual. La literatura se manifiesta en múltiples formas: libros álbum, poesía, cuentos clásicos, fábulas, novelas, libros silentes, textos informativos, cómics, crónicas o incluso literatura digital. Esta variedad no solo enriquece las experiencias de lectura, sino que también permite que cada estudiante encuentre un género, un autor o una voz con la cual identificarse, creando itinerarios de lectura personalizados.
Una selección cuidadosa —con obras de calidad literaria y estética, autores e ilustradores reconocidos, editoriales sólidas y textos con profundidad y belleza— garantiza encuentros significativos entre lectores y obras. De esta manera, no solo se promueve el gusto por la lectura, sino que también se forma el criterio literario de los estudiantes a través de Fichas de lectura y otros instrumentos de mediación.
La poesía como puente en la formación de lectores
La exploración de diversos géneros literarios, especialmente la poesía, representa una estrategia fundamental en la formación de lectores. En este episodio de nuestro podcast de Entre Libros, Martha Riva Palacio Obón conversa con los ganadores del Premio Hispanoamericano de Poesía para niños – María José Ferrada, Laura Escudero, Evelin Moreno y Adolfo Córdoba – quienes revelan los fascinantes procesos creativos detrás de sus poemarios. Este diálogo evidencia cómo la poesía, con su ritmo y musicalidad inherentes, se convierte en un vehículo excepcional para acercar a los niños al lenguaje literario, complementando perfectamente otras prácticas como la lectura en voz alta y el trabajo con textos diversos.
Junto a la lectura en voz alta, resulta imprescindible ofrecer diversidad textual. La literatura se manifiesta en múltiples formas: libros álbum, poesía, cuentos clásicos, fábulas, novelas, libros silentes, textos informativos, cómics, crónicas o incluso literatura digital.
El club de lectura transforma la lectura solitaria en una práctica social donde cada voz construye sentido colectivo.
El club de lectura como espacio privilegiado para la formación de lectores
En este contexto, el club de lectura se presenta como una estrategia privilegiada en la formación de lectores. Un club de lectura es más que un espacio para leer en colectivo: es un lugar para compartir, dialogar, disentir y encontrarse con la literatura desde la diferencia. Allí convergen diversas miradas, sensibilidades y opiniones, generando un terreno fértil para el debate y la reflexión, siguiendo técnicas de recogida de impresiones y análisis documental de las obras.
Un club de lectura convierte al texto en detonante de conversaciones: evoca recuerdos personales, conecta con películas, con otras lecturas, con experiencias vitales. Se convierte, así, en un puente entre la literatura y la vida. En estos espacios, la lectura libre se vive no como una imposición, sino como un contagio, como una provocación que enciende el deseo de seguir explorando.
Beneficios pedagógicos y sociales del club de lectura
- Desarrollo del pensamiento crítico: los estudiantes aprenden a argumentar, cuestionar y contrastar ideas, enfrentando retos interpretativos complejos.
- Fortalecimiento de la escucha y el respeto: se ejercita la atención a la voz de los otros y el reconocimiento de la diversidad de perspectivas.
- Promoción de la lectura autónoma: al compartir recomendaciones y experiencias, los estudiantes buscan nuevos libros por iniciativa propia.
- Construcción de comunidad: se generan vínculos afectivos entre los participantes y se consolida la idea de pertenencia a un grupo.
- Acceso equitativo a la literatura: permite que personas sin libros en casa se acerquen a obras de calidad, democratizando el acceso cultural a través de la biblioteca escolar.
Dimensión institucional del club de lectura como práctica ciudadana
En última instancia, un club de lectura es también un espacio de ciudadanía con una importante dimensión institucional. Allí se ejercita la democracia: cada voz cuenta, cada opinión importa, cada interpretación aporta al sentido colectivo. Se trata de un lugar donde se aprende a disentir con respeto, a construir acuerdos y a valorar la palabra como instrumento de encuentro en el circuito social de la lectura.
Los participantes dejan de ser lectores aislados para pensarse como comunidad, reconociéndose en lo común y en lo diverso. Esta dimensión social transforma el club en una práctica cultural que dignifica la lectura como derecho, como placer y como construcción colectiva de sentido, respetando siempre los Derechos de autor y la licencia internacional de las obras.
Proyecciones del club de lectura en la formación de lectores
Más allá del aula, un club de lectura puede convertirse en un motor cultural para toda la comunidad. Puede abrir sus puertas a familias, vecinos, bibliotecarios y otros actores sociales, convirtiéndose en un espacio intergeneracional donde niños, jóvenes y adultos compartan lecturas. Asimismo, puede vincularse con proyectos artísticos, cine-foros o talleres de escritura creativa, ampliando aún más el horizonte cultural de los participantes a través de contenido digital y publicación académica de sus experiencias.
¿Por qué hacer parte de un club de lectura?
Formar parte de un club de lectura significa vivir la literatura de manera compartida. Leer en colectivo abre la posibilidad de descubrir matices que, en la lectura individual, suelen pasar inadvertidos. Cada participante aporta su mirada, sus preguntas, sus interpretaciones, enriqueciendo la comprensión de los textos a través del intercambio entre lectores. En este sentido, un club no solo fortalece la formación de lectores, sino que también amplía horizontes culturales y emocionales, pues invita a mirar la obra desde perspectivas diversas.
Además, un club de lectura fomenta habilidades sociales y ciudadanas. Escuchar al otro, respetar diferencias, argumentar y disentir con respeto son aprendizajes que trascienden el libro y se convierten en herramientas para la vida en comunidad. En estos espacios se ejercita la democracia, se reconocen las voces individuales y se construyen sentidos colectivos. La lectura deja de ser un acto solitario para convertirse en una práctica de lectura social que fortalece vínculos y genera pertenencia.
Por otra parte, los clubes de lectura ofrecen un acceso más amplio y equitativo a la cultura escrita. Muchas veces, quienes participan encuentran en ellos la oportunidad de acercarse a autores, géneros y textos que de otro modo no conocerían. También permiten el contacto con las bibliotecas, el descubrimiento de nuevas colecciones y el contagio del entusiasmo lector. Así, un club de lectura se convierte en una puerta abierta a la literatura, un puente hacia la imaginación y, al mismo tiempo, un espacio de formación de lectores crítica y de construcción de comunidad, especialmente valioso para el estudiantado en riesgo de exclusión cultural.
Barranquilla es Leer
Barranquilla es Leer es el programa de acompañamiento a docentes de las Instituciones educativas distritales, desde la literatura, de la Secretaría de Educación del Distrito de Barranquilla (SED) y la Fundación Círculo Abierto (FCA).
El programa trabaja con niñas y niños de las IED de Barranquilla, elegidas bajo los criterios de la SED, en la experiencia de la lectura y la escritura, en una inmersión en la literatura compuesta por clubes de lectura especializados con artistas, acceso a una biblioteca digital de literatura infantil y juvenil, asistencia a foros de apreciación de literatura con personas expertas en literatura infantil y juvenil, tutorías semanales con niñas y niños
Sobre la Fundación Círculo Abierto
La Fundación Círculo Abierto trabaja desde el año 2010 en el diseño y ejecución de proyectos relacionados con educación y cultura. Su confianza en el lenguaje de las artes para construir y comunicar conocimiento ha sido el eje común de las experiencias que desarrolla con artistas tradicionales, contemporáneos, locales, nacionales, internacionales y comunidades diversas del territorio colombiano.
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