10 Sep Inicio en la lectura: Acompañamiento respetuoso en la infancia

Texto por: Maribel Morales González
Editado por: Jairo Echeverri
El inicio de la lectura en la infancia es un proceso complejo y multidimensional que involucra factores pedagógicos, familiares, emocionales y neuropsicológicos. Desde mi rol como promotora de lectura, considero que acompañar a los niños y niñas en esta etapa implica mucho más que enseñar la decodificación de letras y palabras; es, ante todo, un acto de cuidado, respeto por sus ritmos individuales y una invitación a enamorarse de la literatura a través del juego, la imaginación y la narración, utilizando recursos como cuentos infantiles y juveniles. Tal como lo plantea Colomer (2005), “la iniciación a la lectura se convierte en un proceso de socialización cultural, donde los adultos transmiten valores, significados y modelos de relación con los textos” (p. 27).
La importancia de los cuentos infantiles y juveniles en la lectura emergente
Cada contexto educativo en el mundo establece edades distintas para el inicio de la enseñanza formal de la lectura. Sin embargo, todas las experiencias coinciden en que existe un periodo previo de lectura emergente, donde se desarrollan competencias cognitivas y emocionales que preparan el terreno para la alfabetización formal; entender esta diferencia es importante para promover una pedagogía más inclusiva y respetuosa de la diversidad de ritmos de aprendizaje. La literatura académica distingue entre lectura emergente y lectura formal. La lectura emergente comprende el conjunto de experiencias previas que niñas y niños desarrollan desde la primera infancia: escuchar historias, explorar ilustraciones, reconocer símbolos, jugar con sonidos y desarrollar la motricidad fina; se asocia a la construcción de conciencia fonológica, vocabulario y motivación hacia el mundo de los libros (Whitehurst & Lonigan, 1998). En palabras de los autores, “la alfabetización emergente se refiere a las habilidades, conocimientos y actitudes que son precursores del desarrollo de la lectura y la escritura” (p. 849).
La lectura formal, en cambio, inicia cuando los sistemas educativos introducen de manera sistemática la instrucción en decodificación, fonética y comprensión lectora; generalmente coincide con el ingreso a la educación primaria, y su edad de inicio varía según el país y el enfoque pedagógico. Mientras algunos sistemas priorizan una escolarización temprana, otros enfatizan la importancia del juego y el desarrollo socioemocional antes de iniciar la instrucción explícita.
Enfoques internacionales en la enseñanza de la lectura
El análisis comparativo entre países muestra diferencias significativas. En Finlandia, la enseñanza formal de la lectura comienza a los 7 años, priorizando en la etapa preescolar el juego y la socialización (Sahlberg, 2011); en contraste, en Inglaterra, la instrucción fonética se inicia alrededor de los 4–5 años en el nivel de Reception, con evaluaciones de fonética a los 6 años (Department for Education, 2019); en Estados Unidos, la enseñanza formal inicia en Kindergarten (5–6 años), con lineamientos nacionales que enfatizan las habilidades de conciencia fonológica y decodificación en los primeros grados (National Reading Panel, 2000); países como Francia, Alemania y Japón inician el proceso a los 6 años, coincidiendo con la entrada a la educación primaria (Ministère de l’Éducation Nationale, 2018; KMK, 2020; MEXT, 2017); en China, la alfabetización comienza a los 6–7 años, primero con el aprendizaje del sistema pinyin y luego con caracteres (Han & Chen, 2010). Estos contrastes reflejan que la alfabetización no responde únicamente a una cuestión biológica, sino también a decisiones culturales y pedagógicas; como señalan Neuman y Dickinson (2011), “las trayectorias lectoras de los niños y niñas están moldeadas por los entornos sociales, culturales y de política educativa en los que crecen” (p. 5).
Esta diversidad de enfoques en la enseñanza de la lectura nos invita a reflexionar sobre cómo las palabras y las imágenes se entrelazan en el aprendizaje inicial. En un episodio especial del podcast de Entre Libros por el Día Internacional del Libro, se explora cómo las letras trascienden su forma escrita para convertirse en imágenes que estimulan la imaginación y la memoria visual en los niños, reforzando así el vínculo entre lenguaje oral, escrito y visual en los procesos educativos.
Enamorar a los niños de los libros antes de enseñarles a leer: la clave para formar lectores para toda la vida.
Neuropsicología y ritmos individuales en la lectura
Por otro lado, desde la perspectiva neuropsicológica, los estudios muestran que el cerebro infantil requiere cierto grado de madurez para integrar los procesos cognitivos implicados en la lectura, como la decodificación y la comprensión. Wolf (2007) advierte que, aunque algunos niños aprenden a leer antes de los seis años, presionar a todos por igual puede generar frustración y rechazo hacia la lectura. En sus palabras, “debemos resistir la tentación de adelantar la instrucción lectora antes de que el cerebro de un niño o niña esté preparado” (p. 112).
Esta evidencia refuerza la necesidad de respetar los ritmos individuales. Cada niño o niña posee tiempos distintos de maduración, y el acompañamiento adulto debe enfocarse en motivar y preparar, más que en imponer logros uniformes.
El papel de la escuela y la familia en el fomento de la lectura
La escuela desempeña un papel crucial en el acompañamiento lector. Los docentes, a través de metodologías inclusivas, pueden generar experiencias significativas que integren la imaginación, el juego y la exploración, utilizando actividades educativas como fichas para aprender a leer y escribir o juegos de conciencia fonológica. Políticas educativas sólidas, como las implementadas en Finlandia o Australia, reconocen que la alfabetización temprana va más allá de la técnica, abarcando la dimensión emocional y cultural del vínculo con los textos (Sahlberg, 2011; ACARA, 2016). En contextos donde se exige una escolarización más temprana, como Inglaterra o Estados Unidos, el reto es equilibrar la instrucción sistemática con experiencias lúdicas que mantengan el placer por la lectura. De lo contrario, existe el riesgo de reducir la alfabetización a una actividad mecánica y poco motivadora.
El otro agente importante es el contexto familiar. La familia es el primer espacio de socialización lectora; leer en voz alta, contar cuentos infantiles y juveniles antes de dormir, cantar y conversar son prácticas que nutren el desarrollo del lenguaje y la alfabetización emergente. En este sentido, Bus, Van IJzendoorn y Pellegrini (1995) demostraron que “la frecuencia con que madres, padres o cuidadores leen libros con sus hijos e hijas se relaciona fuertemente con el crecimiento del lenguaje, la alfabetización emergente y los logros posteriores en lectura” (p. 1). El rol de madres, padres y cuidadores es ofrecer un entorno seguro, afectivo y rico en estímulos simbólicos. Al leer sin presión y desde la complicidad emocional, se evita que la alfabetización temprana se convierta en fuente de ansiedad o frustración.
Estrategias prácticas para fomentar la lectura con cuentos infantiles y juveniles
Para apoyar el hábito de lectura, es esencial incorporar estrategias de comprensión y lectura oral en las rutinas diarias. Herramientas como cuentos personalizados, sagas infantiles de autores como David Walliams, o colecciones de libros adaptados a sus intereses (como programas favoritos de televisión) pueden aumentar la motivación. Actividades como «Leo y completo el cuento», «Oraciones locas» o juegos de palabras de 3 sílabas fortalecen las relaciones letra-sonido y la conciencia de la escritura. Además, el uso de Sistemas Virtuales de Aprendizaje y actividades educativas en línea puede complementar el aprendizaje tradicional, siempre respetando aspectos legales como derechos de autor, protección de datos y política de privacidad.
Conclusión: Hacia un acompañamiento respetuoso e integral
El acompañamiento a la lectura inicial es un proceso que requiere articulación entre escuela, familia y comunidad. La evidencia internacional muestra que no existe una única edad universal para iniciar la lectura formal; por el contrario, los países adoptan distintas estrategias según sus contextos culturales y pedagógicos. La neuropsicología confirma que cada niño o niña posee un ritmo de maduración distinto, por lo que imponer estándares homogéneos puede ser contraproducente.
Como promotora de lectura y psicóloga, coincido en que primero debemos enamorar a los niños y niñas de los libros a través del juego, la imaginación, las ilustraciones y la narración, preparando el terreno para la alfabetización formal. Solo así lograremos que la lectura se convierta en un acto de libertad, disfrute y construcción de sentido, y no en una obligación que genere rechazo. El acompañamiento respetuoso, inclusivo y motivador es la clave para formar lectores y lectoras para toda la vida.
Bibliografía
- Bus, A. G., Van IJzendoorn, M. H., & Pellegrini, A. D. (1995). La lectura de cuentos como predictor del éxito en el aprendizaje lector: un metaanálisis sobre la transmisión intergeneracional de la alfabetización. Review of Educational Research, 65(1), 1–21.
- Colomer, T. (2005). Andar entre libros: La lectura literaria en la escuela. Fondo de Cultura Económica.
- Sahlberg, P. (2011). Lecciones de Finlandia: Lo que el mundo puede aprender del cambio educativo en Finlandia. Teachers College Press.
- Whitehurst, G. J., & Lonigan, C. J. (1998). Desarrollo infantil y alfabetización emergente. Child Development, 69(3), 848–872.
- Wolf, M. (2007). Proust y el calamar: Historia y ciencia del cerebro lector. Barcelona: Ediciones B.
Barranquilla es Leer
Barranquilla es Leer es el programa de acompañamiento a docentes de las Instituciones educativas distritales, desde la literatura, de la Secretaría de Educación del Distrito de Barranquilla (SED) y la Fundación Círculo Abierto (FCA).
El programa trabaja con niñas y niños de las IED de Barranquilla, elegidas bajo los criterios de la SED, en la experiencia de la lectura y la escritura, en una inmersión en la literatura compuesta por clubes de lectura especializados con artistas, acceso a una biblioteca digital de literatura infantil y juvenil, asistencia a foros de apreciación de literatura con personas expertas en literatura infantil y juvenil, tutorías semanales con niñas y niños
Sobre la Fundación Círculo Abierto
La Fundación Círculo Abierto trabaja desde el año 2010 en el diseño y ejecución de proyectos relacionados con educación y cultura. Su confianza en el lenguaje de las artes para construir y comunicar conocimiento ha sido el eje común de las experiencias que desarrolla con artistas tradicionales, contemporáneos, locales, nacionales, internacionales y comunidades diversas del territorio colombiano.
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