Andrea Cote en la Filbac: La escritura como puente entre lo íntimo y lo colectivo

Andrea Cote en la Filbac: La escritura como puente entre lo íntimo y lo colectivo

 

Texto por: Jairo Echeverri García

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Barranquilla (Filbac), Andrea Cote, reconocida poeta y narradora, brindó una intervención memorable que combinó profundidad, sensibilidad y una mirada lúcida sobre el acto de escribir. Cote, galardonada con premios como el Casa de América de Poesía Americana y el Premio Internacional de Poesía Antonio Viccaro, ha consolidado su lugar como una de las voces más influyentes de la poesía latinoamericana contemporánea. Además de su prolífica carrera literaria, es profesora en la Maestría Bilingüe en Escritura Creativa de la Universidad de Texas en El Paso, donde continúa formando nuevas generaciones de escritores.
Desde el inicio de su intervención, Cote subrayó la importancia de los espacios como la Filbaq para celebrar la literatura y fomentar el intercambio de ideas. Agradeció a los organizadores y asistentes por su compromiso con la cultura, destacando cómo eventos como este se convierten en puntos de encuentro para pensar en las historias que nos constituyen. La poeta expresó su gratitud por formar parte de un evento que considera vital para visibilizar las distintas voces y perspectivas que conforman el panorama literario actual.
A lo largo de su discurso, Cote habló de la escritura como una práctica transformadora y esencialmente humana. Aludiendo a su experiencia personal, recordó cómo comenzó a escribir desde una necesidad de encontrar sentido en el caos de la vida cotidiana. Para ella, el acto de escribir no es solo un ejercicio técnico o creativo, sino una forma de organizar el mundo interno y proyectarlo hacia los demás. En este sentido, destacó que la escritura es un puente entre el yo y el otro, una manera de conectar historias individuales con narrativas colectivas que nos definen como sociedad.

Escribir es una forma de resistir el olvido, de recordar que somos parte de algo más grande que nosotros mismos

Uno de los puntos centrales de su intervención fue el análisis de la relación entre la literatura y la perspectiva del narrador. Inspirada por autoras como Vivian Gornick, Cote explicó que el narrador es la pieza clave que da forma a cualquier historia, el prisma a través del cual los eventos cobran sentido. Según ella, el trabajo del escritor consiste en encontrar esa voz única que no solo narre lo que sucede, sino que lo haga desde un lugar de autenticidad y propósito. Esta búsqueda de la voz narrativa no es sencilla, señaló, pues implica enfrentar miedos y dudas, pero también descubrir verdades que muchas veces permanecen ocultas incluso para el propio autor.

Cote abordó también el papel de la escritura en contextos sociales y políticos, retomando la consigna feminista de los años sesenta: «lo personal es político». En este punto, argumentó que las historias íntimas tienen un profundo potencial para generar empatía y movilización social. Relatar una experiencia personal, dijo, es al mismo tiempo un acto de valentía y de generosidad, pues abre una ventana hacia emociones y vivencias que trascienden lo individual para convertirse en un espejo de lo colectivo. Para Cote, esta capacidad de transformar lo privado en universal es una de las mayores virtudes de la literatura.

En otro momento de su intervención, la escritora compartió detalles sobre su proceso creativo y los desafíos que enfrenta como autora. Reflexionó sobre el papel del tiempo en la escritura, describiéndolo como un elemento esencial tanto en términos de paciencia como de perspectiva. «La escritura exige tiempo», señaló, «no solo para encontrar las palabras correctas, sino para comprender lo que realmente queremos decir con ellas». Este proceso, aunque arduo, es también profundamente gratificante, pues permite al escritor conectar con su esencia más auténtica.

Cote también habló sobre la importancia de la lectura como fuente de inspiración y aprendizaje. Compartió cómo la obra de otros autores ha sido fundamental para su desarrollo personal y profesional, mencionando nombres como Alice Notley y Anne Carson. Según ella, leer no solo enriquece el vocabulario y el estilo, sino que también amplía los horizontes emocionales e intelectuales de quien escribe. «Leer es como conversar con otras almas», afirmó, «y cada libro que leemos deja una marca que tarde o temprano se refleja en lo que escribimos».

Al finalizar su participación, Andrea Cote invitó a los asistentes a explorar la escritura como un ejercicio de autodescubrimiento y de diálogo con el mundo. Subrayó que, aunque cada historia es única, todas comparten un anhelo común: conectar con los demás y encontrar sentido en la experiencia humana. «Escribir», concluyó, «es una forma de resistir el olvido, de recordar que somos parte de algo más grande que nosotros mismos».

La intervención de Andrea Cote en la Filbaq fue mucho más que una charla sobre literatura; fue una invitación a reflexionar sobre la vida, el arte y la capacidad transformadora de las palabras. Su voz, llena de sabiduría y emoción, resonó profundamente entre los asistentes, recordándonos que la literatura sigue siendo una herramienta poderosa para entendernos y conectarnos como seres humanos.

 

 

Sobre la Fundación Círculo Abierto

La Fundación Círculo Abierto trabaja desde el año 2010 en el diseño y ejecución de proyectos relacionados con educación y cultura. Su confianza en el lenguaje de las artes para construir y comunicar conocimiento ha sido el eje común de las experiencias que desarrolla con artistas tradicionales, contemporáneos, locales, nacionales, internacionales y comunidades diversas del territorio colombiano.

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