Texto por Yeimy González

Este 13 de mayo, durante la séptima edición del Festival Épico, tuvo lugar una fascinante conversación entre Marcela Guiral y la bióloga Juanita Aldana, que se llevó a cabo en la sede de la librería Dos Mangos, en Barranquilla.

Ambas compartieron valiosa información acerca de la obra «A medio día llovían pájaros». Esta obra, inspirada en la cruenta guerra de la región, fue escenificada en Yolombó con el propósito de obtener recursos para contar una historia tan compleja. La autora imaginó un pueblo llamado Barbascal, donde los gatos están prohibidos y solo los pájaros habitan.

Detalles como el uso del territorio como base militar por parte de un grupo armado, la práctica de puntería con las aves, la exploración de la ornitomancia y el entrenamiento de palomas mensajeras, revelan la exhaustiva labor de investigación que precede a una herramienta narrativa que aborda un tema delicado desde una perspectiva fantástica.

El libro se divide en dos partes: la primera se enfoca en la descripción del pueblo, mientras que la segunda se sumerge en la temática de la guerra. Los «pantaneros», quienes representan los grupos armados y la crudeza de situaciones inhabituales pero cercanas a nuestra historia nacional, hacen hincapié en que «a veces uno termina naturalizando cosas, pero no es normal los toques de queda, no es normal que se lleven a alguien amarrado».

Hablar de estos eventos no siempre resulta poético, pues más que un recurso narrativo, es un testimonio desde la experiencia propia. Durante la construcción de la historia, se recurrió a diversos elementos que permitieran al lector comprenderla desde una perspectiva distante, haciendo que la tarea de la escritora fuera «un poco más fácil» para adentrarse en la temática.

«Uno de los aspectos que requirió mayor tiempo en la elaboración de la historia fue la selección de cada ave y el significado que adquieren dentro de la trama». Una variedad de estas aves, propias de Medellín y sus alrededores, participan en el desarrollo de la trama.

Algunos personajes son reales en la vida personal de la autora, otros reflejan distintas ocupaciones relacionadas con las aves que pudo conocer durante su proceso investigativo, y algunos fueron creados para dar voz a nombres desconocidos y a historias que no poseen una representación previa.