Texto por Alma Fernández, promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto

Mirar hacia adentro es tal vez más difícil que el hecho simple de virar la cabeza, quizás con una ligera flexión en el torso ante algún llamado de atención. No nos encontramos de casualidad con nuestros monstruos interiores ni con nuestros insospechados abismos. Integrar la sombra, diría el pensamiento junguiano. No es tarea fácil. 

Inicialmente, pensar en un monstruo como nos los han contado, nos remite a una bestia salvaje sin asomo de cordura o buenas intenciones. Nos lo figuramos tosco, voraz, inhumano. Tal como no nos veríamos jamás nosotros mismos ante el espejo. Sin embargo, el agua es un tipo diferente de reflejo, en el que nos vemos ondear, divagar, distorsionarnos y regresar a la tensión superficial como aquello que no podemos precisar enteramente. 

Es el agua de El bosque dentro de mí, de Adolfo Serra, esa agua inmemorial que guarda los años milenarios en que el hombre era para sí mismo, una cosa apenas intuida. Allí, un niño se mira oscuro y solo, solo con sus ojos brillantes y nada más. Un niño que crecerá y se transformará en sí mismo de la mano de su criatura, monstruo, elefante, fantasma, ogro, hombre lobo, bestia, amigo, padre, abuelo, hermano o desconocido. Que luego de compartir camino, cuidarlo, asustarse juntos en lo más oscuro del bosque y llegar a la ciudad, se irá. Se desvanecerá en los pájaros volando, morirá, se convertirá en aves, en goleros y sembrará, o dejará una semilla para el niño. 

Así que, al ser grande, al crecer, correrá, o caminará, o se irá de regreso en un bus para su pueblo, porque de allá era, porque se sentía solo, porque quería estar tranquilo, porque sabía que encontraría allá a la niña que lo estaba esperando, porque tenía que volver. 

¿Qué era él? ¿Quién era? El lector sabrá contestar y verá si sus respuestas coinciden o no con estas ideas que han dejado volar de boca a oídos, niños y jóvenes participantes de la estrategia de tutorías en el marco del proyecto Entre Libros, luego de leer en colectivo la historia elocuente de este libro silente, y escuchar a su autor en el podcast Plantas y bosques dirigido por Marta Riva Palacio, que podrá encontrar en este enlace.