El frenesí del espacio

Imagen cortesía de Galen Crout

Por Yeimy González, promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto

Una cosa curiosa que tiene el Caribe, y que yo siempre he observado, es el espacio que separa las cosas. Eso es lo que distingue al Caribe del resto del mundo. En un restaurante, las mesas están más separadas unas de otras que en cualquier otra parte del mundo. Es un frenesí del espacio.

 “Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura”.

Revista Bohemia, 1979.

Últimamente se habla tanto del espacio: la distancia que debe guardarse entre uno y otro, dos metros, metro y medio, tres metros, una milla más allá. La distancia es algo tan relativo como el tiempo. Estar lejos no significa estar distante, estar cerca no significa estar juntos, menos en el caribe donde todo se encuentra y se conjuga fácilmente. El viento une las voces, la tradición une a la gente.

Gabriel García Márquez, mencionaba algo sobre la distancia en el caribe, eso curioso que él llamaba “un frenesí del espacio”. Es curioso porque, según él, el espacio que separa las cosas en el caribe es tan amplio que genera sorpresa, más amplio que en cualquier otro lugar del mundo. Inverosímil en una región donde todo parece estar pegado. 

La distancia física, necesaria y muy solicitada por estos días, parece ser vista como un hecho natural a los ojos de Gabo. Por supuesto que eso se pierde en el abrazo fraterno, en el saludo al hombro y en la conjugación de parejas, en la pista de baile de cualquier estadero, discoteca o plantón al son picotero. De esa distancia hacemos una metáfora que nos descubre como hombres y mujeres caribe. 

 

Imagen cortesía de Chris Greene

 

Tal vez necesitamos del amplio espacio, porque las manos de la gente en esta zona hablan más que sus palabras, a veces pareciera imposible ver un costeño con las manos quietas.

La distancia tal vez es necesaria, porque sin ella se chocarían los abanicos de las doñas del barrio El Prado o los aplausos que acompañan las risas cuando el cuento estuvo bueno; o ¿por qué no? entre mesa y mesa al formarse una pista de baile si suena una buena salsa o un vallenato.  En el peor de los casos, se necesita para guardar la conversación del opinador efusivo que nunca falta, la conversación que se nutre con las opiniones de quienes están al lado.

La visión que se tiene de la distancia resulta interesante hasta en los conceptos lingüísticos del hombre y la mujer caribe. Interpelamos al otro diciendo “ven acá” cuando está justo enfrente de nosotros lo cual no significa acércate, sino más bien, escúchame. Por último, lo vemos también en el uso del espacio físico/geográfico donde todo idealmente debe ser equidistante, tan exacto como las casas en Macondo.

La distancia perfecta en donde el sol nos pase a todos del mismo modo y nadie se acalora más que otros, es lo que siempre buscamos para mudarnos a una casa que esté “central”, al igual que duramos las mismas dos horas desde Barranquilla hasta Cartagena o hasta Santa Marta; si tarda más, está lejos. Esto precisamente es lo que determina, según Nieves Oviedo, “una jerarquización del sentido de pertenencia y la construcción de una identidad regional en el marco del imaginario Caribe.”

 

Entre libros

Entre Libros es el programa de acompañamiento a docentes de Instituciones educativas distritales, desde la literatura, de la Secretaría de Educación del Distrito de Barranquilla y Fundación Círculo Abierto.

El programa trabaja con 2 componentes principales:

1. Encuentros semanales con las maestras y maestros en los que se despliega la literatura, se explora en las necesidades del docente frente a su alumnado, cómo lograr que los atraviese la literatura, y se traza la ruta del acompañamiento.

2. Clubes de lectura mensuales con las niñas y niños, a cargo de las maestras beneficiarias del programa; cada grupo trabaja a lo largo de 7 clubes de lectura con un énfasis: ciencia ficción, narrativa gráfica, filosofía, literatura y alteridad, literatura y cine, entre otros. Sostener la conversación, estar presentes, ser a la vez arquitectos y anfitriones, es la motivación del equipo que participa en el programa.

Sobre la Fundación Círculo Abierto

La Fundación Círculo Abierto trabaja desde el año 2010 en el diseño y ejecución de proyectos relacionados con educación y cultura. Su confianza en el lenguaje de las artes para construir y comunicar conocimiento ha sido el eje común de las experiencias que desarrolla con artistas tradicionales, contemporáneos, locales, nacionales, internacionales y comunidades diversas del territorio colombiano.

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