El lector en los tiempos del coronavirus

Fotografía por Jason Jarrach (instagram.com/jarr.photography)

Texto por: Yeimy Paola González Pérez, promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto

«Cuando José Arcadio Buendía se dio cuenta de que la peste había invadido al pueblo, reunió a los jefes de las familias para explicarles lo que sabía de la enfermedad del insomnio, y se acordaron medidas para evitar que el flagelo se propagara hacia otras poblaciones de la ciénaga. Todos los forasteros que recorrían las calles de Macondo tenían que hacer sonar su campanita para que los enfermos supieran que estaban sanos. No se les permitía comer ni beber nada durante la estancia, pues no cabía duda de que la enfermedad solo se transmitía por la boca. De esta forma se mantuvo la peste circunscrita al perímetro de la población. Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural y se organizó la vida de tal modo, que el trabajo recobró su ritmo y nadie volvió a preocuparse por la inútil costumbre de dormir». Hoy seguimos siendo Macondo. Volvemos a cuarentena y recordamos que, como macondianos, nos resta esperar mientras pasa la peste, y no la del insomnio como la descrita en Cien Años de Soledad.

«La literatura en sí está llena de epidemias y éstas serán siempre un buen elemento para iniciar una historia»

Aun así no resulta tan sencillo mirarse desde los ojos de una calamidad mundial. Ciertamente, es la primera vez que nuestra era se enfrenta a este tipo de acontecimientos y, por momentos, es normal sentir que estamos sumergidos en el epígrafe de una novela de ciencia ficción; una en la que posiblemente terminemos expuestos a zombis, batallas canibalescas y la lucha por la supervivencia en el apocalíptico epicentro de una historia narrada sin final. Sin embargo, fuera de la ficción, cada época ha sufrido sus propias plagas y la literatura ha tenido reservado un lugar para las enfermedades.

 

Imagen cortesía de Kuma Kum (instagram.com/kuma.img)

 

La literatura en sí está llena de epidemias y éstas serán siempre un buen elemento para iniciar una historia. Es por esto que sería pertinente revisar la relación que se ha establecido entre ésta y las epidemias a lo largo de la historia de la humanidad, ya que hasta en las líneas bíblicas tropezamos con este tema. En el Libro II de Samuel, por ejemplo, se relata la disposición del Dios egipcio de traer una gran peste sobre el pueblo de Israel durante el reinado del rey David, peste que terminó cuando el mismo Dios tuvo misericordia del pueblo.

En algunas obras que se han basado en un futuro derribado por posibles enfermedades, plagas y epidemias, es fácil mencionar ejemplos como: La Peste Escarlata de Jack London; La Danza de la Muerte de Stephen King; Diario del Año de la Peste de Daniel Dafoe; El Último Hombre de Mary Shelley; Ensayo sobre la Ceguera de José Saramago; Pandemia de Wayne Simmons; entre otras, las cuales nos presentan la visión de la extinción de la raza humana, a través de contagios de virus, que por lo general se presentan como resultado del avance de la ciencia.

«El aislamiento ha sido aliado de algunos escritores para producir obras, las cuales no necesariamente deben tener una relación con la situación sanitaria que se viviera en las calles».

Algunas obras, por ejemplo, nacieron de enfermedades reales en la historia de la humanidad, tales como La Peste de Albert Camus, de la cual se cree tiene relación al cólera, pero también toca el tema de la peste bubónica. Está también El Amor en los Tiempos del Cólera de Gabriel García Márquez y Pandemia de Daniel Kalla, que trata el tema de la gripe aviar. El Sueño de la Aldea Ding de Yan Lianke, referente al sida; Némesis de Philip Roth, quien hizo referencia a la epidemia de polio. El Año de la Peste de Geraldine Brooks, situada en la epidemia de la peste bubónica. La Peste Negra de Luis Miguel Guerra y Peste y Cólera de Patrick Deville, sólo por mencionar algunos títulos que dan cuenta del fantástico elemento narrativo que es una epidemia.

En tiempos de cuarentena las musas igual no descansan. Es inevitable reconocer, además, que el aislamiento ha sido aliado de algunos escritores para producir obras, las cuales no necesariamente deben tener una relación con la situación sanitaria que se viviera en las calles. Tal es el caso de William Shakespeare, de quien se dice produjo dos grandes obras, Macbeth y El Rey Lear, durante la cuarentena por la peste en Inglaterra a finales del siglo XVI.

Entre libros

Entre Libros es el programa de acompañamiento a docentes de Instituciones educativas distritales, desde la literatura, de la Secretaría de Educación del Distrito de Barranquilla y Fundación Círculo Abierto.

El programa trabaja con 2 componentes principales:

1. Encuentros semanales con las maestras y maestros en los que se despliega la literatura, se explora en las necesidades del docente frente a su alumnado, cómo lograr que los atraviese la literatura, y se traza la ruta del acompañamiento.

2. Clubes de lectura mensuales con las niñas y niños, a cargo de las maestras beneficiarias del programa; cada grupo trabaja a lo largo de 7 clubes de lectura con un énfasis: ciencia ficción, narrativa gráfica, filosofía, literatura y alteridad, literatura y cine, entre otros. Sostener la conversación, estar presentes, ser a la vez arquitectos y anfitriones, es la motivación del equipo que participa en el programa.

Sobre la Fundación Círculo Abierto

La Fundación Círculo Abierto trabaja desde el año 2010 en el diseño y ejecución de proyectos relacionados con educación y cultura. Su confianza en el lenguaje de las artes para construir y comunicar conocimiento ha sido el eje común de las experiencias que desarrolla con artistas tradicionales, contemporáneos, locales, nacionales, internacionales y comunidades diversas del territorio colombiano.

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