Me llamo, me llaman

 

Texto por Yeimy González, promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto

Saber quiénes somos es el punto inicial de nuestra construcción personal. Como entes sociales, tenemos la necesidad de ocupar un nombre que nos permita ser identificados, incluidos y reconocidos como individuos autónomos y existentes. Nuestro nombre es también nuestro punto de partida hacia lo que somos a nivel individual y social.

El nombre es una de las señas de nuestra identidad, también lo son nuestro apellido, fecha de nacimiento, genero y nacionalidad. La identidad es un derecho fundamental de todo ser humano que garantiza que todos los otros derechos puedan sernos otorgados, por tal, la designación de un nombre es necesaria y obligatoria por parte de los padres, a todos los niños y niñas. Desde la legalidad una persona que no ha sido inscrita en un registro civil, no es contada como parte de una nación y se le denomina apátrida. 

La historia nos cuenta como desde el inicio de la humanidad se han usado nombres para reconocer a cada individuo. Desde la historia bíblica con la existencia de Adán, pasando por cada mito creacional, todos tienen un nombre. Los apellidos, aunque dan cuenta de la historia de nuestra familia, son una construcción de la Edad media. No es algo que podamos escoger, es el que nos toca, el que heredamos, mientras que los nombres sí son escogidos y entregados a cada uno.

Escoger un nombre es una labor que se ha simplificado con el tiempo, esto ligado a las modas (artistas, personajes de televisión), a las construcciones culturales, geográficas e incluso idiomáticas. Anteriormente se daba mucho más énfasis al significado, pues se consideraba que el nombre otorgaba características definidas al individuo. Posteriormente, y sobre todo en pueblos y municipios, se acostumbraba a designarle al niño el nombre del santo correspondiente al día de su nacimiento. Hoy en día la lista es mucho más reducida y casual, por lo que no se nos hace nada extraño encontrarnos cinco Thiagos, tres Dylan y al menos dos Mattias por salón.

 

 

La designación es un elemento aliado en la construcción de nuestro lenguaje, aprendemos cada palabra de acuerdo al nombramiento de los objetos, personas y lugares que nos rodean. Los nombres como designación se convierten en un punto de partida para encontrarnos con nuestro sistema lingüístico, en aspectos fonéticos, semánticos, sintaxicos y gramaticales. Así, como mediadores del desarrollo lingüístico de nuestros niños y niñas en grados iniciales, podemos hacer uso de este como un punto inicial al descubrimiento del completo sistema de nuestra lengua.

Lo que se busca es que el primer fonema que aprendamos sea la inicial de nuestro nombre, que la primera palabra que podamos escribir correcta y completamente sea nuestro nombre y que la primera asociación de diferenciación con otros sonidos sea comparando mi nombre con el de los compañeros. Por supuesto que no es una actividad que se realiza una sola vez, se trata de explorar con los nombres de muchas maneras: contando cuántos sonidos tiene nuestro nombre, cuántos se repiten, cuántas vocales y consonantes tiene, cuál es la inicial, cómo escribirlo, qué pasa si le cambiamos una vocal o consonante, cuál nombre de tus compañeros tiene parecido con el tuyo, etc. 

En este sentido algo importante para reforzar la enseñanza del nombre es procurar que los niños tengan acceso constante a este, que puedan señalarlo, leerlo, transcribirlo, repasar las grafías con sus dedos, armarlo a partir de grafías sueltas, reordenarlo y asociarlos con otros nombres que pueden ser el de los compañeros de clase, personas que lo rodean en casa y los personajes de los cuentos que acompañen su proceso lector.

 

Entre libros

Entre Libros es el programa de acompañamiento a docentes de las Instituciones educativas distritales, desde la literatura, de la Secretaría de Educación del Distrito de Barranquilla (SED) y la Fundación Círculo Abierto (FCA).

El programa trabaja con niñas y niños de las IED de Barranquilla, elegidas bajo los criterios de la SED, en la experiencia de la lectura y la escritura, en una inmersión en la literatura compuesta por clubes de lectura especializados con artistas, acceso a una biblioteca digital de literatura infantil y juvenil, asistencia a foros de apreciación de literatura con personas expertas en literatura infantil y juvenil, tutorías semanales con niñas y niños y un PodCast semanal de literatura que se irradia por Vokaribe 89,6 FM en Barranquilla y se puede escuchar en las redes de la SED y el SoundCloud de Círculo Abierto.

Sobre la Fundación Círculo Abierto

La Fundación Círculo Abierto trabaja desde el año 2010 en el diseño y ejecución de proyectos relacionados con educación y cultura. Su confianza en el lenguaje de las artes para construir y comunicar conocimiento ha sido el eje común de las experiencias que desarrolla con artistas tradicionales, contemporáneos, locales, nacionales, internacionales y comunidades diversas del territorio colombiano.

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