Texto por Angie González, promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto

Año 2022…. regreso a la presencialidad luego de dos años de pandemia. Emociones mezcladas al retornar al aula. ¿Cómo sentirán el regreso los estudiantes? ¿Estarán interesados en la literatura? ¿Qué libro escoger para ese acercamiento inicial? Es clave que sea una lectura corta con un mensaje poderoso, para ir tanteando el terreno y que sea una visita impactante.

Me decido por “Mil orejas”, libro escrito por Pilar Gutiérrez e ilustrado por Samuel Castaño, quienes además son colombianos. Esto me permite invitarlos a ser escritores o ilustradores, según su gusto, pues es importante que sepan que quienes hacen libros no son seres extraordinarios de latitudes lejanas, sino personas como ellos que se decidieron por esta profesión porque les apasiona contar historias.

También me da la oportunidad de invitarlos a explorar Makemake, la biblioteca digital del proyecto Entre libros. Allí pueden encontrar este libro que les llevo en físico al aula, y pueden incluso aprender a decir su nombre en lenguaje de señas con el alfabeto que incluye el libro.

Para iniciar la actividad, les muestro la portada del libro, donde aparece el título en lenguaje de señas, y les pido que lo lean. Algunos reconocen los símbolos, la mayoría responden que es de los mudos, algunos cuantos saben que se llama lenguaje de señas. Pero una chica en particular, llamada Nicolle, estudiante de 9°A de la IED Santa María, me regala la mayor de las sorpresas. 

Me cuenta que ella sabe lenguaje de señas y nos muestra el alfabeto completo con sus manos. Luego le pido que nos diga cómo se llama el libro en lenguaje de señas, y nos cuenta a todos su nombre. Nos dice que no tiene ningún motivo particular para saber este lenguaje, simplemente lo aprendió por el placer de adquirir un nuevo conocimiento. Nada más maravilloso en este mundo que una persona que ama aprender.

Luego de la lectura, los invito a explorar algunos de sus sentidos. Pasan de manera voluntaria al frente y descubren los aromas que les invito a reconocer a través del olfato. Café, mandarina, menta, clavito de olor, coco y vainilla son algunas de los olores que logran reconocer, unos con más facilidad que otros. Luego con el tacto distinguen objetos como tenedores, candados, dados y una nariz de payaso, la más difícil de reconocer. 

Y así me despido, entre risas y miradas de emoción, después de leer, dialogar y explorar sentidos. Les dejo la invitación a reflexionar sobre cómo percibimos el mundo y cómo lo perciben las personas cuando alguno de estos sentidos falla y deben aprender nuevas formas de comunicarse con el mundo y con los demás.