Para cumplir este objetivo, los participantes debían producir los efectos de sonido. Así pues, escuchamos un fragmento de la novela dos veces. Luego pasamos al análisis de lo escuchado para comprender el texto, junto con un análisis a nivel perceptual. Lo anterior, con el fin de identificar los posibles objetos o situaciones que producen sonidos. Una vez identificadas estas y practicados los efectos sonoros, el tallerista organiza a los participantes en tríos voluntarios para que hagan los efectos correspondientes y agregarlos al fragmento escuchado.

Nos invita a identificar posibles sonidos, luego a hacerlos para grabarlos y pasar a demostraciones incluyendo los ruidos producidos por los participantes. Por último, entre todos creamos una radionovela para ir enterándonos de la trama a medida que creamos las escenas.

Desde sus casas los jóvenes se pusieron en la tarea de leer y recrear las escenas que les correspondían. Hubo algunas situaciones particulares que parecía iban a truncar los efectos, pero, por fortuna, eso no sucedió. En un comentario realizado por uno de los estudiantes, éste consultó por qué el escrito nombraba a un piano y se preguntó: “¿de dónde voy a sacar un piano para esto?”. Con ejemplos, el tallerista le indicó que con elementos caseros se podría, en este caso, hacer sonar unos vasos con una cuchara para producir unos bellos acordes similares al instrumento musical. Esto permitió generar estrategias cómodas dentro de su contexto y lograr así una buena producción. De esta manera esperamos que de forma creativa y eliminando obstáculos, se cumpla el sueño de producir una radionovela que quizás llegue a ser exitosa como la película Blade Runner, inspirada en esta novela De Philip K. Dick.