El libro se titula A flor de piel y el poema La arruga y la felicidad, escrito por Tere Puig e ilustrado por Laura Borrás. Lo compartí con las docentes de noveno grado del proyecto Entre Libros y les pregunté qué estaba escrito en su rostro. Estas fueron sus respuestas:

Paola Gutiérrez – IED Nuevo Bosque:

“En mi rostro, visto desde el espejo de mi baño, hay visibles arrugas que cada día se van acentuando. Antes me preocupaba pero desde hace un tiempo decidí que no es lo que parece, no me aplico cremas ni tratamientos desde que dejé de verlas en el espejo del baño. Ahora veo que son experiencias de vida unas buenas otras, digamos, educativas. Pero es cierto, son las marcas de la risa y creo que la felicidad está compuesta por todos los pequeños momentos risibles, leves y carcajadas. Así que en mi rostro definitivamente está escrita la felicidad.”

Patricia Robinson – IED La Esmeralda:

“Cuando nos referimos a que la calma te alisa y lo hermoso te arruga, me pregunto qué puede ser calmado y qué puede ser hermoso y que arrugue.

En cuanto a lo que es calmo, sería aquello que me aleja del estrés ahora mismo en mi vida.

Pero lo otro, ¿cómo sería?

Y pensé en mi vida.

Ya tengo hijos grandes y con planes de matrimonio a pocos meses.

Y ahora contemplo la posibilidad de nietos.

Te imaginas esas criaturitas tan bellas, abrazarlas y sentir que son parte de tu hijo y parte tuya.

Y ahora sería abuela.

Los años pasarían y tendría arrugas, porque la edad avanza.

Pero no importaría, algo tan bello sólo puede llegar cuando llegan las arrugas”.