En su proceso creativo, Carolina se enfrentó a la dicotomía de recordar el tipo de literatura a la que sus docentes de escuela la invitaban a leer, reconociendo la escasez de autores nacionales y locales que mantienen las tradiciones ancestrales en sus escritos. Por tanto, el libro es un verdadero eco de la memoria, tanto la de Petrona en sus recuerdos de la abuela, como la de Carolina como lectora y miembro de la comunidad bolivarense.

En cuanto al diseño del libro, se centraron en fragmentos, tanto en los textos como en las ilustraciones, haciendo alusión al mencionado olvido. La ausencia de pisos o detalles fue un recurso utilizado en el diseño. Fueron necesarios varios ejercicios estéticos antes de seleccionar el diseño central, realizado en grafito y gruash, de forma análoga. «Esto me permitió sentir que volvía a mis raíces, resolviéndolo desde las herramientas más básicas», compartió Carolina.

La ausencia de colores en el diseño, una contribución de Alexis, está relacionada más con las preferencias del editor. Al final de la presentación, como un evento sorpresa, contamos con la presencia de Joselina Martínez, integrante del grupo Herederos de Petrona Martínez, quien nos deleitó con sus cantos en un emotivo homenaje a su madre, Petrona, y al legado que nos dejó. Fue un momento de profunda emoción y conexión con la esencia de la música y las historias que se entrelazan en el libro «Bonito que canta».

En conclusión, la conversación entre Alexis Pacheco y Carolina Garzón en la última jornada del Festival Épico nos permitió adentrarnos en el mundo de la música caribeña, la memoria y la literatura presente en la obra de Carolina. A través de sus palabras, pudimos comprender la importancia de mantener vivas nuestras raíces culturales y valorar la riqueza de la tradición oral y las historias transmitidas de generación en generación.

El libro «Bonito que canta» se erige como un testimonio poderoso que nos invita a reflexionar sobre la identidad, el olvido y la importancia de preservar nuestras tradiciones. Sin duda, esta obra deja una huella perdurable en el panorama de la literatura y la música.