Las definiciones pertenecen a los definidores…Y no a los definidos.

Toni Morrinson

Es difícil imaginar la vida con un solo matiz. Cada instante, sensación y emoción vivida es representada por  un tono diferente, en ocasiones determinado por nuestros complejos y prejuicios sociales, étnicos o características culturales. De igual modo la humanidad califica y encasilla las acciones, momentos y/o tiempos, partiendo de estereotipos y conceptos limitados. 

Las diferencias entre comunidades, por un largo periodo de tiempo, hicieron que la necesidad de homogeneizar a la sociedad fuera una de las grandes estrategias políticas, partiendo de un concepto errado de los derechos humanos. 

En Colombia, encontramos que el color de piel, ojos, cabello y hasta estatura hacen parte de las principales características a tener en cuenta si se pretende estar incluido en el añorado estereotipo de belleza. El común denominador de la desigualdad económica está representado también por las diferencias étnicas, culturales, políticas e ideológicas; paradójicamente, en un país pluriétnico y multicultural. 

En el mes de mayo, los herederos de la herencia africana en Colombia conmemoran la afrocolombianidad y 170 años de la abolición de a la esclavitud. Esto nos recuerda que, históricamente, la humanidad ha vivido una disputa constante entre opresores y quienes luchan por dejar de ser oprimidos.

Actualmente, nuestro país sigue padeciendo las secuelas y desigualdades sociales que surgieron a partir de la colonización y posterior organización política de nuestra nación. La violencia, pobreza, discriminación y racismo siguen siendo constante en los territorios de las comunidades afrodescendientes.