Texto por Alma Fernández, promotora de lectura de la Fundación Círculo Abierto

Nuevamente, los colegios de Barranquilla están rebosantes de vida y movimiento. Volver a las aulas luego de un período tan particular en casa, es también volver a la juntanza. Poder oír las voces que se encuentran en medio de los revoloteos de los zapatos colegiales, ver la agitación, los pliegues persistentes de las faldas a cuadros en los recreos. Ver los ojos chispeantes que se reconocen en los pasillos. Incluso el brillo sonoro de los empaques metalizados de las meriendas, guardan de una forma sorprendente la magia de los otros. De las manos que toman una y otra vez los lápices y lapiceros para descubrir con ellos los nuevos retos que se avecinan de cara a la reanudación de las clases presenciales en las escuelas.

Con esta vuelta, además, no regresamos del todo pues nos acompaña ahora la experiencia, nos acompaña ahora en Entre Libros la maravillosa Biblioteca Digital MakeMake y una apuesta de alto estándar en radio. Son herramientas que marcaron un precedente importante para la educación virtual y que seguirán llegando a los sitios más remotos, pero que también harán presencia en las aulas junto a los libros que tanto amamos tocar, ver y leer en voz alta.

Es aún más sorprendente el encuentro con aquellos profesores, promotores de lectura y estudiantes. Esos que conocimos en la virtualidad y que ahora nos presentamos los unos ante los otros como personas tangibles. La emoción salta a la vista y acude a cada encuentro lector, en forma de escucha o palabra. En forma de vuelo compartido e imaginado. Abrir cada libro, pasar cada página nos trae una innumerable relación de memorias, preguntas y expectativas que ahora sabemos son únicas. Ya nos vimos compartiendo y leyendo a través de las pantallas, pero ahora podemos hacerlo desde el mismo lugar, podemos volver a habitar los espacios con nuestras interacciones, voces, gestos y hacer de cada momento una pequeña celebración de las palabras que nos han mantenido unidos.